Pocas ciudades crean tanto
consenso como Praga. La capital de República Checa es pequeña a la par que
acogedora. Un lugar de esos que tal vez no ocupará tu Top 5 de ciudades del
mundo, pero de la que sí guardarás un bonito recuerdo. Te doy unos cuantos
motivos para que la tengas en mente si quieres hacer la típica escapada durante
el año:
1. Arquitectura: creo que he
estado en muy pocas ciudades con tantos y tan bonitos edificios. Ya no sólo
hablo de algunos de sus landmarks más clásicos, como son el Castillo, la Catedral
o el famoso Puente de Carlos. Es que además Praga es elegante allá donde mires.
Sus fachadas coloridas y de época, la ausencia de edificios altos, los grandes
ventanales... El frío característico de la ciudad se conjuga constantemente con
la calidez que transmiten sus calles.
2. Barrio antiguo: los barrios
antiguos suelen ser lo mejor en muchos destinos turísticos, pero es que el de
Praga es precioso. Es sin duda la mejor zona para apreciar la
"calidez" mencionada en el punto anterior. Se le conoce como Mala
Strana, y de hecho es el lugar donde puedes visitar dos atracciones culturales
relevantes como son la Iglesia de San Nicolás y el Museo Kafka.
3. La cerveza: en general
podríamos hablar de el ambiente lúdico imperante en Praga. Los checos son una
de las naciones que mejor se lo sabe pasar del mundo, y tienen en la cerveza un
poderoso aliado. Las hay de todo tipo y riquísimas, y de hecho es el país que
más litros de cerveza consume por persona de media. Si quieres fiesta, la
encontrarás.
4. La puedes ver en un fin de
semana: a los sitios ya mencionados puedes añadirle el Teatro Nacional, la
Plaza de Wenceslao, la Torre de la Pólvora y el Barrio Judío. Pero ya está. Es
por ello que es perfecta para una escapada o para incluir en la típica ruta por
el este de Europa.
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